Time for a change (Merry Christmas)

Llega un momento en la vida de las personas – casualmente cerca al verano, probablemente luego del sentimiento de culpa ocasionado por “LAS FIESTAS” – en que deciden tomar un cambio de rumbo, modificar sus hábitos, hacer algo diferente por sus vidas, perseguir nuevos horizontes, ir tras nuevas metas. Luego de toda esa reflexión y todo ese procesamiento, y casi en consenso se llega a una conclusión: “mierda, he engordado, necesito hacer dieta”.

Porque claro, luego del pavito, el panetoncito, el chocolatito caliente – que de “ito” no tienen nada – viene la consecuencia, el agravio contra la estética, el “no me entra el vestido sexy que me compré para año nuevo”, o simplemente la excusa bien “cool” de “pucha, qué onda con mi look? Año nuevo vida nueva” (y cuerpo nuevo obviamente).

Y ahí es cuando empezamos a atiborrarnos de las dietas que en tres días te hacen bajas 5 kilos, te ponen la piel de bebé, te quitan 7 años de encima, y te consiguen la pareja ideal… sí… en tres días. ¿Qué pasa después de esos tres días? No tengo idea! Es un misterio, lo único que sé y que es lo que puedo ver, es que volvemos a como empezamos o peor, y con su sufrimiento innecesario mas…

Así que, ya que estoy con mi espíritu festivo y muy muy navideño, me queda darles un dulce consejo: disfruten la navidad, disfruten de toooodo eso que es comestible, buenazo y que le aumentamos el “-ito” al final para que no nos dé tanta culpa, porque saben qué? Ustedes y yo sabemos que es buenazo! y Papa Noel también (de hecho le han visto la panza...)!

FELIZ NAVIDAD ADELANTADA!