
Y llegó por fin el día en que se dio el valor de hacer algo, por fin tomar la iniciativa, apuntar a ganador, tomarse un riesgo y dar el gran paso: mandarle un mensaje de texto. No podía mas con su inseguridad, pues la incertidumbre la mata - y lo que la hace sentir viva en realidad.
Y así pasaron las horas y la respuesta no llegaba, se lamentaba de haber abierto su corazón y el haberse expuesto de esa manera, qu+e injusto maldita sea, y qué tal idiota el disque hombre este... qué se ha creído?!? no responderme a MÍ?!? que se vaya al cuernoy que fracase en la vida que es lo que se merece! - y se puso a revisar su mail compulsivamente como si ahí estuviera la respuesta... - AJA! y tiene el tiempo de mandar una pájara cadena colectiva (!!!)? Aaaajjjjj! no voy a desperdiciar MI tiempo en ese insolente hijodesumadre! Nunca mas! QUe se muera!
Entonces se metió a su cuarto y a los 30 minutos salió Patty arregladísima y dispuesta a todo a penas saliera de su casa. Se dirigió a la puerta con la mirada fija en su objetivo... en verdad no tenía uno... lo único que sabía era que su respiración aumentó en frecuencia e intensidad, que sus movimientos estaban mas marcados, y que si se cruzaba una puerta (pobre puerta) pues iba a ser cerrada con brutalidad, y mientras mas ruido mejor.
Se fue a la puerta de salida por fin, y cuando abrió la puerta estaba él, llegó Miguel con una película en la mano - de esas buenas/lindas/precisas - estaba churrísimo, y lo mejor fue la explicación... su presencia era la respuesta al mensaje, solo que la respuesta demoró porque fue por la película buena/linda/precisa, pero ya estaba ahí...

Y sí, las respuestas no siempre llegan cuando esperamos ni como esperamos... y sí, finalmente esto resulto un cuentito con moraleja... por eso (y para avitar ruido innecesario) creo que siempre es bueno dejar la puerta abierta...
Wise words. Write it on stone and remember it, bitter.
ResponderEliminar