
La celebración varía, pero todas con rituales extraños que varían dependiendo del lugar en el que vivas, por mi parte yo solo puedo hablar de mi linda, caótica y toribianísima ciudad de Lima. Porque transitar por Lima en épocas navideñas (que para las tiendas es desde que termina Halloween) es empezar a combinar el rojo con el verde, es ver muérdagos y bolitas de colores rodeando a los árboles, duendecitos (especialmente en los lugares mas fichos) y un desubicado Papa Noel abrigado hasta por su propia barba, incitándonos a tomar chocolate caliente junto a la chimenea, bien bonito, justo como para empezar con el pie derecho el verano.

Luego, siguen las compras, todas hechas a partir del 22 de diciembre si eres de los que suelen hacer las cosas con anticipación, sino el 24 no mas. Y así es como empieza la carrera, levantarte lo mas temprano que puedas, o en todo caso salir de la chamba lo antes que puedas… todo con tal de llegar y comprar a las primeras personas que irás a ver el 24, a los que veas después ya les compras luego porque igual no habrá tiempo. Hay muchas opciones, y por supuesto mil impulsadoras que bien sonrientes ellas te siguen para servirte y ofrecerte todo lo que puedas necesitar (y que sea de su marca).
Al comienzo probablemente digas “asuuu! Cuánta gente piensa como yo y hace todo a última hora!”… pero poco a poco y mientras pasa el tiempo ves cómo la gente aumenta, el oxígeno disminuye y las ofertas se van incrementando… la gente se vuelve loca... sálvese quien pueda. Conforme pasa la segunda hora, una vena empieza a bailarte en la frente, los villancicos se repiten cada vez mas y de pronto surgen las ganas locas de agredir un toribianito (que por cierto nunca envejecen, son un mal eterno).

Y por fin, cuando ya decidiste tooooodo lo que vas a comprar, vas a pagar a la caja, ¿y adivina qué? Te espera la cola interminable de gente con los regalos para toda su familia. Si señoras y señores, todo esto sucede en la vida real, en un solo día y probablemente en todas partes del mundo (con distintos villancicos, en algunos lugares realmente sí tiene sentido tomar chocolate caliente), y esto es solo el comienzo… y a pesar de todo, la gente AMA hacerlo…así que luego de hacer mi catarsis navideña solo me queda desear lo mismo para el año que viene! A disfrutar las colas, los villancicos, las ofertas de último minuto, y el Papa Noel overdressed y bien limeño. Son mis mas sinceros deseos para todos
FELIZ NAVIDAD!!!

Y es peor cuando vamos al centro a buscar regalos que, por cierto, no te dan en caja, sino en bolsa de plástico nomás!!! O cuando yo, solo por mi fiebre de compradora compulsiva, empiezo a mirar hasta los posters de grupos chicha sobre los postes con tal de llevarme algo a casa, pese a que nada me guste.
ResponderEliminarPero el centro es divertido!!! y eso que el calor era too much y la gente también y "lA CASA DEL FOTÓGRAFO" no se notaba....
Yo te quiero ¿ya? El próximo año la repetimos, pero por favor...nunca más ToribiaNITOS, me ha salido un tumor en el tímpano...